El Peligro del Doomscrolling: Cómo las Redes Sociales Pueden Afectar Tu Salud Mental
Entiende por qué pasamos horas consumiendo contenido negativo y cómo salir de la trampa de los algoritmos.
Las redes sociales son perversas: los algoritmos, cada vez más sofisticados, están diseñados para que pases cada vez más tiempo haciendo algo que se conoce como "doomscrolling": seguir clickeando casi de forma automática para consumir contenido que nos pone mal, nos hace enojar o sentir ansiosos.
Son contenidos negativos o deprimentes que, aunque parezcan inofensivos, tienen una carga importante en nuestra salud mental. El algoritmo te conoce, sabe lo que te gusta, y viene por vos.
Confieso que he pecado: Tiktok es mi app por elección y los contenidos de animales mi doomscroll preferido. Son videos cortos que veo sin excepción: gatitos añosos que se despiden de sus dueños para siempre o cachorros a los que San Pedro los llamó demasiado pronto. No lo disfruto: lo sufro. ¿Por qué entonces seguir haciendo swipe para arriba, seguir mirando, cuando hay otros contenidos que merecen la pena?
Hay una explicación y está en nuestro cerebro. El doomscrolling afecta el sistema de recompensas del cerebro.
La exposición a información que nos interesa e impacta genera dopamina, una hormona asociada al placer, y nos hace tentarnos con más. El cerebro no distingue. Si se genera una respuesta emocional y se activa el mecanismo poco importa de qué calidad sea el contenido. Las redes sociales nos ofrecen infinitos estímulos que nos mantienen "enganchados" por horas, liberando baldes de dopamina que cada vez pierde más su efectividad en generar placer. En criollo: cada vez el cerebro pide más de este químico delicioso.
¿El problema?
El consumo constante de contenido negativo puede generar ansiedad y depresión, afectando fuertemente el bienestar emocional de las personas.
El doomscrolling es una trampa en la que nuestro cerebro cae una y otra vez y las aplicaciones de redes sociales están diseñadas para volvernos bastante adictos. Un estudio de la Universidad de Texas mostró que 16,5% de los 1100 encuestados reconocía tener más ansiedad y estrés por su consumo problemático de redes sociales.
Una forma de combatirlo es alejarnos del celular: si llega la noche y las redes sociales prometen una cucharada de dopamina quizás convenga, como con las drogas, "solo decir no".
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